Receta de Flan de leche condensada

Si hay un postre capaz de trasladarnos a la niñez, es el flan casero. El olor dulce y perfumado de la leche hervida, el dorado del caramelo, la suavidad de hundir la cuchara en esa masa blanda, todo nos lleva a la promesa de un sabor especial. En esta receta de flan casero, además, vamos a sumarle otro recuerdo de la infancia: la leche condensada, esa crema dulce y espesa que nos comíamos a cucharadas de la lata es un recuerdo imborrable de los fanáticos de este ingrediente. Este flan de leche condensada lleva menos huevos que el flan tradicional, en el que se necesitan más huevos, entre 8 a 12 para darle consistencia al postre. La leche condensada hace que el flan casero se haga más rápido que el que se hace con leche común y muchos huevos. Es más dulce, tal vez, otros te dirán que no es el verdadero. Pero si lo hiciste y te quedó rico, estable, dorado y tentador, por supuesto que es verdadero. Si no lo fuera, entonces qué sería eso que tenés enfrente, que serviste en un plato con un rico y dorado caramelo, con un copo de crema y otro copo de dulce de leche. Es, sin duda alguna, un perfecto flan hecho con leche condensada. Que nadie te convenza de lo contrario. Así, que ya sabés. Esta receta de flan es tan verdadera como cualquier otra receta que te garantice un flan bien sabroso. Manos a la obra.

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