Video: así fue el violento ataque a un supermercado donde balearon al dueño y se investiga a la mafia china

Un nuevo hecho policial que involucra al dueño de un supermercado reaviva la pregunta: ¿se trató de un ataque de la mafia china? En las últimas horas, el comerciante del local, también de esa nacionalidad, fue baleado en la ciudad bonaerense de Morón por un hombre que descendió de una moto y disparó a través de las rejas del comercio.

El hecho ocurrió pasadas las 20.30 del último lunes en la intersección de las calles Boatti y Rivadavia, cuando el comercio ya había cerrado y unos pocos clientes permanecían en el interior del local, ubicado en una zona céntrica.

En ese momento, una moto con dos ocupantes a bordo subió a la vereda, uno de los hombres descendió del rodado y sin mediar palabra comenzó a disparar hacia el interior del supermercado, que ya tenía las rejas cerradas. Terminada la balacera, los sospechosos huyeron del lugar.

El ataque quedó registrado en las cámaras que tiene el supermercado. Vista la agresión desde la filmación del interior del local, se pudo observar cómo el dueño atacado -identificado por la policía como Rui Shemg de 51 años - recibió los balazos y los compradores se escabullían entre las góndolas ante el temor.

De acuerdo a información de los medios locales, la víctima sufrió heridas en el glúteo y en una de sus piernas, aunque se encontraba fuera de peligro.

El fiscal Hugo Ravizzini, de la UFI N.º 7 de Morón, caratuló la causa, en un primer momento, como homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de arma de fuego, aunque ahora la investigación fue derivada a manos de la Fiscalía N.º 8, a cargo de la funcionaria judicial Adriana Suárez Corripio.

Esa fiscalía viene llevando a cabo desde hace casi un año una megacausa contra la mafia china y las extorsiones a supermercadistas orientales en Morón y otras zonas del oeste del conurbano, que a fines del mes pasado derivó en una serie de 23 allanamientos con detenciones realizadas con detectives de la División Antifraude de la Policía Federal Argentina (PFA).

Allí se determinó que el modus operandi de la organización era pedir dinero a través de trasferencias electrónicas con aplicaciones-, a cambio de “protección” y que de no cumplir, el local sufría un incendio, un ataque con granadas o hasta disparos contra sus responsables.

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