Los morrones o pimientos son un vegetal que le da un sabor inigualable, que siempre se distingue, a cualquier preparación. Una forma de aprovechar al máximo su perfume y toda su intensidad es prepararlos con estos trucos de Fabricio Morandini , chef ejecutivo de Peñón del Águila que hace una salsa de pimientos asados para acompañar el wrap de milanesa de ternera, los tequeños de mozzarella, los bastones de pollo crujiente y muchas otras preparaciones. La salsa de pimientos asados es ideal para acompañar un bife a la plancha o una milanesa. Para poner dentro de sándwiches fríos (con jamón, queso, lechuga, tomate o también con atún) o para sándwiches calientes (tostados de jamón y queso, con pollo o hasta con carne tipo lomito), el sabor de la salsa de morrones asados no tiene comparación. Esta salsa es tan rica y tan especial que queda muy bien para dipear, con rebanadas de pan o de vegetales. Así se hace para tener un litro de esta salsa increíble.
Quemar los pimientos rojos directamente sobre el anafe hasta que queden negros por todos sus lados. Colocarlos dentro de una bolsa de plástico y dejar reposar 10 minutos (para que con la humedad la piel se desprenda más fácil de los pimientos). Luego, retirarle la piel y enjuagar con abundante agua fría.
En una licuadora, colocar los pimientos junto con la leche, encender la licuadora a mínima potencia y comenzar a incorporarle el aceite de girasol en forma de hilo hasta formar una emulsión (lactonesa).
Condimentar con sal y pimienta negra molida. Almacenar en un tupper y refrigerar hasta su uso. En un recipiente hermético se puede conservar en la heladera de 3 a 5 días.
La salsa de pimientos asados va muy bien con pollo en sus diferentes presentaciones: a la plancha, al horno, a la parrilla, frito o tipo nugget.