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Son los clásicos de siempre, los alfajores de maicena son muy fáciles de hacer en casa. Imperdibles para la hora del té, las fiestas infantiles o darse un gusto para los más grandes con una gota de coñac. La primera duda que vamos a aclarar es la ortográfica: ¿se escribe maicena o maizena? No es por fanatismo del lenguaje sino porque tal vez te surgen dudas en cuanto a los ingredientes que necesitás para hacer los alfajorcitos más perfectos del mundo. Maicena es ni más ni menos que fécula de almidón, también llamada harina fina de maíz, justamente porque se hace con este cereal. Es una harina muy suave, más suave que la de trigo y por eso los alfajores de maicena tienen esa textura liviana que, cuando están recién horneados, se disuelven en la boca. La maicena es una harina que tiene muchos usos: para espesar salsas y para hacer el famoso chipá del que ya hablaremos en otra oportunidad. ¿Por qué muchas veces la vemos escrita con zeta, contrariando esa norma ortográfica que aprendimos en la escuela? Porque esta harina se popularizó con el nombre de fantasía Maizena, una marca registrada que fue la primera en venderla empaquetada en los comercios; asi le quedó asociado el nombre en el imaginario popular. Pero si la querés escribir bien o ir a comprarla suelta por peso en una dietética ya sabés que es lo mismo: pedí almidón de maíz o fécula de maíz o maicena. Resuelta esta duda, pasemos a lo que verdaderamente nos importa: preparar unos exquisitos alfajores de maicena caseros.